El año pasado nos saltamos la cita, así que este año era ineludible la visita a nuestro más querido Parque Nacional. Esta vez la apuesta era más arriesgada, con peor tiempo y gente diferente, pero el resultado, como siempre, fue estupendo. Y es que Monfragüe nunca defrauda.
Para mí esta vez me ha descubierto todo un mundo bajo las piedras, aunque no quiero hacer demasiada apología de esta práctica. Sin más, os dejo con algunas fotos, que las disfrutéis.
Algunos de los excursionistas, cada loco con su tema.
Tres buitres leonados estirando sus alas al sol.
Un precioso escorpión que se dejó fotografiar a placer.
La que más disfrutó del campo, Sirin.
1 comentario:
Esa foto de Sirin es probablemente de las mejores que te he visto... :-)
Cada vez queda menos para volver el año que viene.
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