No sé muy bien cómo escribir esta entrada. No sé cómo empezar. Temo que alguien se pase por aquí y me acuse de insensible y aprovechada si utilizo la ocasión para cebarme en contra de la energía nuclear.
Pero no quiero, no puedo, tan solo dejarlo en lamentarme y llorar, dedicar un pensamiento, un homenaje inútil a las miles de víctimas de algo tan terrible.
También tengo miedo de sentirme frívola si me limito a comentar, desde mi posición de bióloga y docente vocacional, que no era cuestión de si o no, si no de cuándo, porque Japón se asienta en una zona interplaca muy activa y blablabla...
No sé cómo empezar y ya lo he hecho. Ni sé como continuar o como concluir.
Tristeza, lamento, miedo, desconfianza, indignación, rabia, impotencia, expectación. No sé.
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