lunes, 10 de febrero de 2014

Rozalén es la siguiente

Cambiamos de género en los descubrimientos

Casualidades de la vida, escuché esta canción hace unas semanas a través de un enlace en una famosa red social que sin duda, desmerecería a cualquier psicólogo por el imán que ejerce sobre la gente a la hora de "confesar"sus estados de ánimo... En fin, ya sabéis donde. 

Así conocí a Rozalén.

Me gustó mucho, tanto la canción (je, más de una estrofa me hace aspirar una carcajada de empatía) como el videoclip. 

Casualidades, digo, porque un par de días después me daban una grata noticia, relacionada con esta solidaria albaceteña... y no diré más, porque no sé si se me permite. 

Os la presento y vosotros veréis, mañana al salir el sol.




martes, 4 de febrero de 2014

Grandes pasos hacia delante

Glup! Una característica gota anunciaba que alguien se acordaba de mí a través del whatsapp. Al deslizar el dedo para "bajar la cortina", el destinatario, una imagen y un frase insulsa, referenciando una localización aproximada (que no diré aquí) en mi querida comarca berciana.

Cara de pasmo al frente de la pantalla. 




¡Sí! ¡Las huellas de oso pardo más bonitas jamás vistas! No solo por lo bien que han quedado, marcadas en un manto de nieve blanda recién caída, casi a posta para que el plantígrado esculpiera su paso, si no también por su localización y lo que implica. Se trata de una zona situada en el límite sur de distribución de la población occidental de osos cantábricos.


subpoblaciones
Imagen de FUNDACIÓN OSO PARDO


Bien es cierto que son varios los testimonios de vecinos que dicen haber visto alguno, cada año, ¡vete tú a saber! Pero ahora sí que sí, ante esto no cabe duda... ¡Habemus osos! ¿¡Cuántos cientos de veces habré pasado yo por ese pueblo, de camino al mío!?  ¿¡A cuánta distancia los habré tenido durante mis excursiones!? Y ya veis, ¡¡que no todos hibernan!!

El oso pardo atraviesa una lenta, pero continua recuperación y sus poblaciones están en expansión desde principios de este siglo, en la subpoblación occidental (bastante peor le va en la oriental), pero desde luego, está lejano de  situarse fuera de peligro. Afortunadamente, su fama no le juega tan mala pasada como a los lobos, también presentes y tan odiados en el Bierzo, pero tampoco es que abogue la población local por su conservación a toda costa. Habrá que seguir "luchando".

Yo solo espero tener la posibilidad de seguir recibiendo estas joyitas en el móvil...

Una envidia malsana y una maldición por vivir a 400 km de ahí me corroía mientras buscaba la cara más alucinada del whatsapp para contestar al envío, con cientos de preguntas que mi interlocutor, familiar aficionado a la caza él... se tomaba con desesperante calma en contestar. 

Poco más tarde, voces más experimentadas me recomendaban escribir esta entrada, quizás con otra estructura en mente... (pero ya nos conocemos) y avisar del hallazgo a la Fundación Oso Pardo. Hecho 2 de 2.