viernes, 12 de agosto de 2011

Para los incrédulos

Parafraseando a otro amigo bloggero.... "uhoo, actualizaciones recientes, no quepo en mí de gozo" ;)


Venir al Bierzo, mi tierra natal, de vez en cuando, es una sensación de vuelta a casa muy bonita, al margen de todas las historias e historietas y mi desapego familiar (lo reconozco). Para empezar me cambia el chip antes de que el tren termine de cruzar los campos de cultivo castellanos y lo más probable es que ya esté con el teléfono en la oreja, haciendo planes con mi amiga Leni para esa misma noche o como mucho, para el día siguiente.


Una de las cosas que más me gusta de volver en Ponfe son los reencuentros. Por supuesto, me encanta reencontrarme con la gente que siempre está ahí, pero también me fascina ir por la calle y darme cuenta de que es imposible salir de casa sin ver caras conocidas y sobre todo, llevarme la sorpresa de un encontronazo inesperado con aquel colega del instituto que se supone que estaba viviendo en Baleares, con el de la universidad, que ya lleva medio mundo recorrido o con el macarra del cole, que de repente tiene un precioso churumbel.


Y es que vivir en Madrid, con toda su grandeza, tiene muchas ventajas, pero el sentimiento de vivir en un sitio pequeñito, familiar y con casi todos los rincones conocidos, por mucho que me desesperase en su día, se echa de menos.

1 comentario:

Antón Pérez dijo...

Otra entrada; incrédulo me hallo... :-)
Y por si lo dudabas al leerme hoy; no te había leído antes de escribir la diametralmente opuesta conclusión de mi entrada de hoy... espero que vuelvas pronto, por mucho que te cueste :-p